El 1 de agosto, el Comando de las Naciones Unidas (UNC, según sus siglas en inglés) ha mantenido una ceremonia para celebrar la repatriación de los restos de 55 soldados estadounidenses fallecidos durante la Guerra de Corea (1950-1953), en la Base Aérea de Osan en Pyeongtaek, provincia de Gyeonggi-do. | Yonhap News
Por Lee Hana y Kim Hyelin
2 de agosto de 2018
El 1 de agosto, una ceremonia para celebrar la repatriación de los restos de 55 soldados estadounidenses fallecidos durante la Guerra de Corea (1950-1953) trasladados desde Corea del Norte el mes pasado, tuvo lugar en la Base Aérea de Osan en Pyeongtaek, provincia de Gyeonggi-do.
Los restos de ex soldados se dirigieron a su patria después de 65 años desde el acuerdo de armisticio del 27 de julio de 1953.
A la ceremonia organizada por el Comando de las Naciones Unidas (UNC, según sus siglas en inglés) asistieron unas 500 personas, incluidos el ministro de Defensa Nacional, Song Young-moo, el general Vincent Brooks, comandante del Comando de las Naciones Unidas, el general Jeong Kyeong-doo, presidente del Estado Mayor Conjunto.
La ceremonia reafirmó la promesa de la UNC de que los caídos nunca serán olvidados ni abandonados. Se realizó la inspección de guardias de honor de Corea y EE.UU. y una salva de 21 disparos tuvo lugar en un ambiente solemne.
Los restos fueron colocados en 55 ataúdes y alineados en un hangar, donde se llevaron a cabo oraciones, himnos nacionales de los dos países, y un momento de silencio para rendir homenaje a los muertos.
"Alentados por la reciente cooperación con Corea del Norte en este esfuerzo humanitario que permitió la transferencia de 55 conjuntos de restos el 27 de julio, nos hemos reunido como los sucesores de la UNC en la República de Corea y como los beneficiarios de los nobles sacrificios de aquellos que por un poco más de tiempo permanecerán sin nombre", dijo el general Vincent Brooks en su discurso conmemorativo.
Brooks añadió que, para rendirles su saludo final, pondrán una corona en nombre de los países que lucharon codo con codo y que murieron uno al lado del otro, y recordarán una vez más su solemne obligación de llevar a cada uno de ellos, a los desaparecidos y a los prisioneros de guerra, a su regreso a casa a sus países y con sus familias.
La repatriación fue parte de un acuerdo alcanzado entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, durante su cumbre del 12 de junio en Singapur. Según el acuerdo, EE. UU. y Corea del Norte acordaron comprometerse a recuperar los restos de prisioneros de guerra y los desaparecidos, incluida la repatriación inmediata de los ya identificados.
Los restos llegaron el 1 de agosto en la base de la Fuerza Aérea Hickam en Hawái, donde fueron recibidos por el vicepresidente Mike Pence y veteranos de guerra sobrevivientes.
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